MI EXPERIENCIA EN DESARROLLO PERSONAL Y TERAPIA GESTALT.
PATO VARAS SANTANDER
La Gestalt, una forma de ser.
En mi opinión, la Terapia Gestalt es una filosofía de vida que sirve de terapia. Y no sólo una terapia. La Terapia Gestalt es una filosofía y forma de ser que nos acompaña en nuestra intencionalidad y perseverancia de ser humanos, más humanos y más dignamente humanos. A ella le interesa nuestra esencia humana que no es una abstracción, sino aquella que va inseparada a nuestra vida, nuestra existencia y el universo.
Ser o pretender ser un terapeuta Gestalt es aceptar desde la humildad y la solidaridad que se es parte de una comunidad de aprendizaje humano que desde ella misma se conoce, reconoce, valora y crece. Ser terapeuta Gestalt no es un status ni un rol. Es un quehacer compartido donde, a veces damos, a veces recibimos. Donde, en esencia, interaccionamos como seres humanos. Como toda forma de ser, la terapia incluye principios, historia, personalidades, procesos, cambios, errores y aciertos. Y, en ello, es acertada cuando se acepta imperfecta, cambiante y, a la vez, perseverante y responsable.
La Terapia Gestalt no es una parte de Fritz Perls. Fritz Perls es una parte de la Terapia Gestalt. Una parte muy importante, pero no más importante que la singularidad del encuentro e interacción de dos o más seres humanos vivos que hoy se reúnen a explorar su esencia y existencias propias. En cada uno de esos encuentros es posible que se recreen o recreemos formas de “ajuste creativo” como las que ideó y desarrolló Fritz. Es posible que términos como “silla caliente”, “silla vacía” y otros surjan y lo hagan con toda la fuerza y valor que posee la historia. Y, más allá de ello, con la profundidad que implica la red de relaciones y trama de la vida interactiva. Sin embargo, lo esencial de la Gestalt es, precisamente, esa Gestalt que ocurre aquí y ahora, anudando pasado, presente y futuro.
En esencia, la Gestalt de cada ser y de todo ser es su sentido de congruencia. Su estar siendo “aquí y ahora” su sentido de vida, aún desde nuestra naturaleza humana no-perfecta. El acto de dedicarnos a ser un acompañante/participante gestáltico inmerso en una comunidad de aprendizaje humano de lo humano supone aceptar una forma de ser y de vida congruente con dicho acto. Desde luego, este es un asunto más complejo y profundo que una dada especialidad o profesión. Y, a la vez, un asunto más exigente que la mayor de las exigencias profesionales.
En el meollo de todo gran compromiso están nuestros valores y nuestra afectividad. Y si esto es de verdad así, también están, inexcusablemente, nuestro estudio, trabajo, intelecto, voluntad y amor. En la historia existen muchos ejemplos de comunidades dedicadas a los más altos compromisos valóricos y espirituales y, precisamente, por ello, dedicadas al estudio de modo sistemático y continuo.
Con los años nuestra propia relación de congruencia / incongruencia nos va permitiendo, de algún modo u otro, encarnar nuestros propios principios y junto con ellos desarrollar una cierta actitud de vida e interacción. Es desde este hecho que, posiblemente, generamos las herramientas y recursos de acompañamiento y participación que aportan a la auto comprensión y cambio humano que, más que terapéutico, es dignificador.
Cada comunidad de aprendizaje humano (de lo humano) lo que busca, entre muchas cosas, es permitir a cada integrante una profunda y amorosa conversación interna que le lleve, desde su esencia, a ser del modo más pleno y auténtico el ser que podría y aspiraba a ser.
El famoso ¡hazlo! (do it! de la Terapia Gestalt) no ocurre porque alguien lo pida, exija o proponga para otro, sino porque, en la conversación interna, ese ser descubre el cómo hacerlo y, en consecuencia, si lo elige, puede hacerlo.
El Modelo de Desarrollo Personal.
Luego de treinta años de trabajo puedo afirmar que, en síntesis, lo que he hecho ha sido ir desarrollando un modelo de cambio, aprendizaje y desarrollo que llamo: Modelo de Desarrollo Personal. Este modelo es autónomo y equidistante al modelo clínico y al modelo pedagógico. Su núcleo u centro integrador ha sido lo que denomino Terapia Gestalt Integrativa o simplemente Gestalt Integrativa.
Seis áreas de trabajo integran este modelo que es el fruto de la interacción y trabajo con más de mil quinientos alumnos de nuestro Programa de Formación desde 1983, y con probablemente más de 10.000 participantes en mis talleres desde 1973. Estas áreas son:
Área de Desarrollo Cuerpo-MenteÁrea de Desarrollo Emocional Integrativo.Área de Desarrollo Humanístico-Integrador.Área de Desarrollo Meditativo-TranspersonalÁrea de Desarrollo Interactivo-CreativoÁrea de Desarrollo de la Autogestión Comunitaria.
Durante estos últimos veinte años pude participar en la creación, instalación y generación de varios equipos profesionales de trabajo que dieron paso, entre otros, a la Sociedad Chilena de Desarrollo Personal, la Escuela Chilena de Desarrollo Personal. Esalen Sur, la Escuela Ecuatoriana de Desarrollo Personal de la Fundación Cre-Ser, el Programa de Desarrollo Personal de la Corporación de Salud y Educación de la comuna de San Bernardo. En todos ellos fuimos gestando, desde la teorización y sistematización a posteriori, este Modelo.
En Latinoamérica, por cierto, existen actualmente varias propuestas distintas para este propósito de cambio, aprendizaje y desarrollo. En Chile podemos reconocer escuelas matrices importantes como la de Adriana Schnake, Alejandro Celis, Rolando Toro, y la misma Sociedad Chilena de Desarrollo Personal actualmente bajo la dirección de Clyde Michaelsen; En Ecuador la Fundación Cre-Ser que dirige Yolanda Suárez, la Fundación Holística de Carlos Palacios y la escuela integral de Vera Kohn; en Argentina la escuela de Daniel Taroppio, en Colombia la naciente escuela de Dora Herrera. Son propuestas completas, algunas nacidas desde nuestro modelo y otras diferentes a partir del enfoque de sus gestores. También se han desarrollado escuelas especializadas en tan solo un área o método, como la escuela de Terapia Corporal, la Sociedad de PNL, o el rolfing de Samy Frenk. Todos cual más, cual menos nos reconocemos dentro de un enfoque Humanístico-Transpersonal y una metodología experiencial-interactiva. Todos adscribimos una forma de trabajo que es el “taller” (workshop).
Desde luego este modelo y forma de trabajo nace a partir de mi formación en el Esalen Institute de California (1977). La diferencia estriba en que el Instituto, por esos años, ofrecía simultáneamente y de manera no-orgánica estas áreas de trabajo, a través de sus talleres, programas estadías y residencias. Dicha forma, además de demandar un alto costo económico no era, a mi entender, ni sistemática ni continua ni integrada, en cuanto a formación. El modelo desarrollado, entonces, por nosotros, en Chile y Latinoamérica, asume que la sistematización, organicidad, continuidad e integración tanto en el proceso de cambio y desarrollo como en el de aprendizaje y formación son necesarias. El orden es clave en el proceso y, en mi experiencia, este fluye de mejor manera si pasa de lo corporal a lo emocional, de lo emocional a lo verbal y de aquí a lo meditativo; mientras paralelamente va ocurriendo un proceso de inclusión, conocimiento, confrontación y afecto en el plano interactivo y comunitario.
domingo, 15 de noviembre de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
martes, 26 de mayo de 2009
viernes, 8 de mayo de 2009
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